jueves, 18 de septiembre de 2014

DECIR ADIOS NO ES DESPEDIRSE


Sé que mientras pueda escribir, estarás conmigo, me basta una pluma y el recuerdo, un viaje en el tiempo y una hoja de papel en blanco para inspirarme.

Aun sabiendo que el viaje era imposible allí estaba yo con la maleta lista y el pasaporte en mano para lanzarme al desastre más bonito de mi vida.

Ahora tan solo me aferro a mis letras que son fiel testigo de aquella catástrofe que bautizamos equivocadamente como “amor”.

Ahora si me permites, solo vengo a traer algunas cosas que creía que eran “nuestras”

Son solo un par de caricias y alguna que otra post data vieja, dos o tres canciones y mucha, mucha tristeza amontonada sobre más tristeza.

Por las excusas no te preocupes puedes quedártelas y la esperanza, te la devuelvo, igual ya me quitaste la vida, con el resto de tus recuerdos escribiré el adiós para siempre, aunque no sea despedida.

 

Me vas a tener que perdonar la ausencia, pero es que estoy intentando vivir, no sé exactamente donde voy a quedarme, porque mi mundo eras tú, pero apártate de una puta vez, que llevo prisa.

Perdona también a mis letras, a ellas les ha dolido tanto o más que a mi tu indiferencia, si te las cruzas por allí no creas que son mías y menos que las escribí para ti.

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