Estabas por
llamarme, estaba segura que apunto estuviste de llegar, el conteo de los
minutos se volvió lento, agonizante, con cada uno que moría tras el otro cargado
de esperanza, pero la promesa yacía allí, como tantas otras, muriendo lento.
El lunes, como
siempre, sin ti.
El martes, pensé
que aún era demasiado pronto y que poniéndome nerviosa no lograba nada, había
que mantener la fé, el amor se trata de eso no? De un gasto abusivo de fé.
La mitad de la
semana fue sofocante y anunciaba el diluvio que avecinaba, la tormenta estaba
cerca, la depresión se sentía húmeda y vacía, como la espera de un mensaje, ese
que no llegaba.
El jueves, claro, es
el jueves, tan cerca del viernes y mas lejos de ti.
Y así
sucesivamente fueron muriendo los días, como muere este viernes, con promesas
rotas y sin fé, que es lo mas parecido a sin amor.
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